Dado que la cosa estaba calentita, ha sido difícil quedarse en casa sin salir a la mar durante muchos días. Más aún cuando sé que en breve me toca abstinencia por distintos compromisos sociales y familiares, muy habituales en esta época.
Así las cosas, volvimos a intentarlo el pasado martes, con el cebo oportuno y una mar especialmente buena. Nada de viento ni oleaje. Estaba como una plato... una balsa de aceite, como solemos decir por aquí, lo que permitía una muy fácil navegación.
La temperatura del agua en superficie había pasado de los 17 a 22ºC en menos de una semana, y el sol apretaba lo suyo. Las brumas en el horizonte dejaban curiosas imágenes, propias de espejismos en el desierto ;-)
En la zona elegida para pescar en esta ocasión, nos encontramos al llegar con la embarcación de un amigo fondeada ya sobre las piedras.
En las primeras horas de pesca, desde la citada embarcación se subieron varios pargos, que fueron inmortalizados por los amigos de Océano Audiovisual, y en breve imagino podremos ver en TV.
Mas tarde fuimos nosotros los afortunados. Una corvina de 7.5 kg entró al cebo vivo, y Peti la subió a bordo magistralmente,... tan ágil que ni tiempo para grabar tuve.
A partir de ahí, tan solo algún congrio hizo su aparición, pero no tuvimos otras capturas a destacar.
En una de las ocasiones en las que tuve enganche en el fondo, subí lo que parecía una maraña de corales o algas, y que realmente era otra cosa:
Creo que se llama Estrella cesto (Astrophyton muricatum), aunque no lo tengo del todo claro viendo su distribución geográfica y su escasa presencia en nuestras aguas, siendo más propia de mares caribeños...
Volvió al agua sobre la marcha,... lo mismo que me gustaría hacer a mi en breve ;-)
Como siempre una narracion estupenda, y con buenas fotos. No va mal la cosa no...
ResponderEliminarCierto. A ver si sigue así, aunque creo que ahora me toca una temporada en seco...
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